EN UN DÍA SOLEADO en el monte bajo, una abeja se aproxima a una flor amarilla. Al descender, se guía por las “pistas” marcadas en los petalos. MÁS ALLÁ, una serpiente de cascabel se dispone a lanzarse sobre un topo u otro roedor pequeño, que ningún ojo humano habría distinguido entre la vegetación. Anochece. Bajo el suelo de una cocina, una camada de ratoncitos ha sido abandonada por sus madre unos minutos. Sienten frío y la llaman: una cacofonía de ultrasónicos chillidos, que el hombre no oye, hacen que la madre vuelva a la guardia. En la habitación de al lado, alguien cambia de canal el televisor. Una carpa dorada que nada en su pecera ve cómo un rayo de luz roja atraviesa el cuarto, desde el control remoto hasta el televisor. Afuera, una polilla se detiene en pleno vuelo y se deja caer al piso, con lo que evita que la atrape un murciélago. El ser humano no esta equipado para percibir los estímulos que desencadenaron esta reacciones. Por ejemplo, muchos insectos ven la luz ultraviol...