LOS FARISEOS EN HERMOSILLO, SONORA, MEXICO

Tradiciones y Costumbres: Son tradicionales los festejos de la Semana Santa, en la cual participan los jóvenes y algunos adultos, vistiéndose de fariseos, cubriéndose la cara con máscaras muy originales, confeccionadas en la localidad con cueros de vaca, de cabra y venado; para no ser reconocidos se comunican por medio de un pequeño silbato que colocan debajo de la lengua, el cual es fabricado con carrizo y carnaza de res. El Sábado de Gloria a las once de la mañana son azotados todos los fariseos en la iglesia, y así pagan por todas las ofensas hechas a Cristo.


Es tiempo de Cuaresma y en las diferentes ramadas de los grupos yaquis establecidos en la ciudad de Hermosillo el movimiento inicia desde la madrugada. Es tiempo de rezar y representar una vez más el ritual de la Pasión de Cristo.

Para enseñar la nueva religión a las tribus indias, los mision
eros jesuitas del siglo XVII se apoyaron en representaciones teatrales, que resultaba más fácil para comprender los nuevos conceptos del Cristianismo, favorecía la participación de todo el grupo y era uno de los métodos didácticos que más utilizaba España en la época.

Aquellos que condenaron a Jesús están representados por los fariseos o “Chapayecas” (“nariz larga” en lengua yaqui). Visten con una cobija a modo de arnés como los soldados romanos, cinturón de cuero con colgantes de pezuña de puerco, tenabaris o cascabeles enrollados en las pantorrillas y en sus manos un cuchillo y una espada de madera pintados con colores simbólicos. Les cubre la cabeza una máscara hecha con cuero de animal y representando caras de judíos, reyes, animales, payasos, etc. Esta máscara representa el mal por lo que el fariseo se protege con un rosario de cuentas de mad
era, del que introduce la cruz en su boca, y una pañoleta de flores bajo el cuero de la máscara .

Caminan en dos filas, de manera ordenada y a modo
de formación militar, encabezados por sus autoridades (Pilatos, cabos, capitanes ...) y por el flautero y el tambulero, que suenan el tambor y la flauta recordando el lamento de la Virgen (flauta) y los golpes del martillo al clavar las manos y pies de Jesús a la cruz (tambor)

Todos los días son importantes para la oración, el peregrinaje de la limosna y la disciplina, pero el viernes todavía es más importante por la realización de las procesiones o “Contis”. El grupo de fariseos o chapaye
cas, precedidos por las autoridades religiosas y dirigidos por el grupo de cantoras que encabeza la procesión junto con las imágenes y conjunto de niños vestidos de angelitos y verónicas, van recorriendo las cruces que delimitan y marcan el espacio sagrado.

En cada cruz una parada, unos rezos y unos cantos. Son los mismos rezos y cantos que dejaron los misioneros jesuitas en el sigl
o XVII, por lo que muchos de esos cantos o “alabanzas” son recitados en latín. No importa que el significado no se entienda, lo importante es continuar la “Costumbre” para asegurar la supervivencia del grupo y del mundo en general.

El abanderado se encarga de ondear la bandera roja cada vez que el grupo inicia o detiene el movimiento. Cuando el Conti con las imág
enes de las 3 Marías (María la Madre de Jesús, María Magdalena y María, la esposa de Cleofás), las cantoras y los niños, va despacio avanzando hacia otra de las cruces clavadas en el suelo, los chapayecas estudian el suelo por donde ha pasado la procesión. Con sus cuchillos y espadas de madera raspan el suelo, buscan alrededor de la cruz, entrechocan sus espadas, mueven negativamente sus cabezas cubiertas con las máscaras de cuero y enseguida se dirigen hacia el grupo de autoridades que preceden la procesión. Se detienen ante ellos, vuelven a chocar sus cuchillos y espadas y mueven sus caderas con el cinturón. Es un lenguaje simbólico dónde están comunicando a sus jefes que vieron las huellas de Jesús, ahí estaban en el suelo, pero a él lo buscaron y no lo encontraron. Las autoridades les hacen una seña y los fariseos se regresan a seguir buscando. Mientras tanto, el grupo con las Marías, crucifijos y niños, avanzan a otra cruz. Los fariseos buscarán y repetirán sus movimientos ante la cruz que dejaron vacía. Es una representación coordinada, exacta, donde cada parte conoce su papel y lo desempeña sin necesidad de palabras.

Al terminar la procesión, las imágenes se depositan sobre el pequeño altar de la Ramada y ahí todos juntos, niños, cantoras, chapayecas y autoridades, completan los rezos. El Conti ha terminado. Los fariseos realizan su triple marcha en doble fila para finalizar la jornada, la gente que acudió al Conti se despide y en la ramada de la cocina se inicia el trabajo para preparar la cena.

Todos los viernes de Cuaresma se repite este ritual en las diferentes ramadas, cada Conti con sus variantes según el tipo de viernes que se celebre. A medida que avanza la Cuaresma se van uniendo más número de fariseos. Para la última semana ya se han juntado un buen número de ellos y comenzarán los intrincados rituales de la Semana Mayor o Semana Santa, después de la velación de San Ramos y de la bendición de las palmas.

Ma. Inmaculada Puente Andrès
LUTISUC ASOCIACION CULTURAL I.A.P.
Artículo publicado en el periódico El Imparcial, de la ciudad de Hermosillo, el viernes 25 de marzo de 2005

Fuente:http://www.inafed.gob.mx/work/templates/enciclo/sonora/municipios/26054a.htm
http://www.lutisuc.org.mx/mas_yaqui.htm
Imagenes: http://www.jerryadventures.com/jerryadventures/fariseos.htm

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